La reciente crisis diplomática entre Estados Unidos y Colombia es un ejemplo claro de cómo los conflictos políticos pueden escalar hasta convertirse en amenazas económicas con consecuencias potencialmente graves para ambas naciones. Aunque finalmente se evitó una guerra comercial, las amenazas de imposición de aranceles entre estos países pusieron en riesgo un intercambio comercial estratégico que beneficia a millones de personas.
Más allá de los efectos inmediatos, esta situación sirve como una advertencia para México, cuyo comercio con Estados Unidos en aún más significativo y, por lo tanto, más vulnerable a disputas similares.
¿Cómo inició la crisis comercial entre Estados Unidos y Colombia?
El conflicto comenzó cuando el presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó el aterrizaje de aviones militares estadounidenses que transportaban migrantes deportados desde Estados Unidos. Esta acción, enmarcada como una protesta contra el trato indigno hacia los migrantes, fue percibida como un desafío directo por el presidente Donald Trump, quien respondió con una serie de amenazas.
Entre ellas, se anunció la imposición inmediata de un arancel del 25% a todos los productos colombianos importados a Estados Unidos, con la advertencia de que esta cifra podría aumentar al 50% en una semana si Colombia no accedía a sus demandas.

En represalia, Petro ordenó el aumento de aranceles a los productos estadounidenses en un porcentaje similar. La escalada se detuvo a tiempo gracias a negociaciones diplomáticas, pero el impacto de las medidas propuestas pudo haber sido devastador, tanto para Colombia como para Estados Unidos.
Impacto económico de los aranceles: ¿Quién habría perdido más?
Para Colombia: una amenaza a sectores clave de exportación
Colombia depende en gran medida de su relación comercial con Estados Unidos, que es su principal socio económico. De acuerdo con cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el 27% del café consumido por los estadounidenses proviene de Colombia, generando un comercio de casi 2,000 millones de dólares anuales. Además, productos como flores, plátanos, aguacates, petróleo crudo y productos agrícolas forman una parte significativa de las exportaciones colombianas.
Un aumento arancelario habría encarecido estos productos en el mercado estadounidense, haciéndolos menos competitivos frente a otras alternativas de países como Brasil o Vietnam, que son grandes exportadores de café.

Este cambio habría reducido la demanda de productos colombianos, afectando directamente los ingresos de los agricultores y exportadores, lo que a su vez habría tenido un efecto dominó en la economía rural y en los sectores dependientes de las exportaciones.
Para Estados Unidos: un golpe al consumidor promedio
Si bien Estados Unidos tiene una economía muchos más diversificada y menos dependiente de su relación comercial con Colombia, las repercusiones habrían sido evidentes, sobre todo para los consumidores. Productos clave como café, aguacates y flores habrían experimentado aumentos significativos de precio debido a los aranceles. Esto habría incrementado el costo de vida de los estadounidenses, afectando a una economía que ya enfrenta presiones inflacionarias.
Además, los aranceles colombianos sobre los productos estadounidenses habrían golpeado a sectores como el de maquinaría, alimentos procesados y bienes manufacturados, que tienen una alta demanda en el mercado colombiano. Esto habría representado una pérdida de mercado importante para exportadores estadounidenses, especialmente aquellos que dependen de las ventas en América Latina.

Lecciones clave para México: aprender del conflicto entre Colombia y Estados Unidos
Aunque México no fue parte directa de este conflicto, la disputa deja importantes aprendizajes para nuestro país. La relación comercial entre México y Estados Unidos es mucho más profunda que la de Colombia, lo que hace cualquier tensión política pueda tener consecuencias mucho más graves.
- Evitar conflictos innecesarios con Estados Unidos
Estados Unidos es el principal socio comercial de México, con un intercambio económico que superó los 700,000 millones de dólares en 2022. México exporta bienes clave como automóviles, autopartes, maquinaría, frutas, verduras y petróleo a Estados Unidos, mientras importa tecnología, alimentos procesados y bienes manufacturados. Cualquier tensión política que derive en sanciones o aranceles podría paralizar industrias clave y afectar el empleo de millones de personas en ambos países.
Las lección para México es clara: los temas diplomáticos, como la migración, deben manejarse con cautela y estrategia para evitar represalias económicas. La diplomacia activa y la búsqueda de consenso son esenciales para mantener la estabilidad en la relación bilateral. - Diversificación comercial para reducir la dependencia
La crisis entre Estados Unidos y Colombia también subraya la importancia de diversificar los mercados de exportación. En el caso de México, casi el 80% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos, lo que representa una alta vulnerabilidad ante cualquier medida proteccionista o conflicto diplomático.
Fortalecer relaciones comerciales con países de Europa, Asia y América Latina podría ayudar a reducir esta dependencia y proporcionar una red de seguridad en caso de tensiones con Washington. Por ejemplo, aprovechar los tratados comerciales existentes, como el T-MEC, el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) y los acuerdos con la Unión Europea, podría abrir nuevas oportunidades para los exportadores mexicanos. - México como alternativa regional
El conflicto comercial también representa una oportunidad para que México se posicione como un proveedor alternativo para productos que actualmente Colombia exporta a Estados Unidos, como:- Café
- Frutas
- Y flores

Si las relaciones entre Estados Unidos y Colombia vuelven a tensarse, México podría llenar esos vacíos en el mercado estadounidense y fortalecer su presencia como un socio comercial confiable.
México frente al ejemplo colombiano: una advertencia sobre la migración
Otro aspecto relevante de la crisis entre Estados Unidos y Colombia es la relación entre la política migratoria y las sanciones económicas. En este caso, las medidas de Trump estuvieron directamente relacionadas con el manejo de los migrantes deportados. México, como uno de los principales países de tránsito y origen de migrantes hacia Estados Unidos, debe anticiparse a situaciones similares.
Las presiones de Washington para aceptar migrantes deportados son un tema constante en la relación bilateral. México debe garantizar que cualquier acuerdo al respecto respete los derechos humanos de los migrantes y con comprometa su posición económica o diplomática. Aprender del caso colombiano es clave para evitar errores similares.
Conclusión: un recordatorio del poder económico de los aranceles

El enfrentamiento entre Estados Unidos y Colombia es un ejemplo de cómo los aranceles no solo son herramientas económicas, sino también políticas. Aunque las tensiones se resolvieron a través de la diplomacia, el impacto potencial de una guerra comercial habría sido devastador para ambas naciones.
Para México, la lección principal es la necesidad de mantener relaciones diplomáticas sólidas con Estados Unidos, diversificar sus mercados de exportación e implementar políticas que reduzcan su dependencia económica de un solo socio. La globalización ofrece oportunidades, pero también riesgos, y solo aquellos países que planifiquen estratégicamente podrán minimizar sus vulnerabilidades ante crisis similares.


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