¿Realmente el Duty Free es más barato?
Para muchos viajeros, estas tiendas en aeropuertos y fronteras son sinónimo de “ofertas” y “compras libres de impuestos”. Pero detrás de los escaparates hay un régimen aduanero especial, reglas estrictas y beneficios que dependen tanto del país donde compres como del país al que viajes.
En México, las tiendas libres de impuestos forman parte de la infraestructura turística y comercial que conecta al país con el mundo. Su existencia está respaldada por un marco legal que regula estrictamente qué se puede vender, dónde, a quién y en qué condiciones.
En 2025, el tema cobró especial relevancia por una decisión del gobierno de Estados Unidos: la suspensión del tratamiento de «de minimis» para importaciones de bajo valor, lo que impacta el comercio electrónico y las pequeñas importaciones. Aunque esta medida no eliminó las tiendas Duty Free físicas, sí generó confusión entre viajeros y empresas sobre qué beneficios siguen vigentes y cuáles cambian.

Esta vez, te explicaremos su funcionamiento en México, las diferencias con otros esquemas y, sobre todo, la importancia del cumplimiento normativo en un mundo donde las fronteras fiscales se vuelven más estrictas.
¿Qué es Duty Free?
En términos simples, una tienda Duty Free es un establecimiento ubicado en una zona internacional —como un aeropuerto, un puerto marítimo de altura o un paso fronterizo— autorizado para vender mercancías exentas de impuestos de importación, IVA y, en su caso, cuotas compensatorias.
Su operación no es libre ni informal; por el contrario, está sujeta a estrictos controles aduaneros. En México, funcionan bajo el régimen de Depósito Fiscal, lo que significa que las mercancías están almacenadas y supervisadas por la autoridad aduanera hasta el momento de su venta.
Un aspecto fundamental es que la exención de impuestos aplica en el punto de venta, pero no garantiza que el producto esté libre de tributos en el país de destino. Por ejemplo, un pasajero que compra licor en el Duty Free de Cancún rumbo a Canadá podrá ingresar la botella sin impuestos solo si respeta los límites que establece la legislación canadiense, si los excede, deberá declararlo y pagar.
Además de licores, estas tiendas ofrecen perfumes, tabaco, cosméticos, artículos de lujo, chocolates y, en algunos casos, electrónicos. Los precios suelen ser competitivos en productos con alta carga impositiva, aunque no siempre representan la opción más barata para el consumidor.

Duty Free vs Tax Free y «de minimis»
Aquí radica una de las mayores confusiones para viajeros y comerciantes: aunque los tres conceptos se asocian con beneficios fiscales, no son lo mismo y sus reglas son distintas.
El Duty Free se da en tiendas ubicadas en zonas internacionales y permite comprar sin pagar impuestos locales ni aranceles en el país de origen. El Tax Free, por su parte, es un mecanismo para que los turistas recuperen el IVA que pagaron en tiendas convencionales de un país que visitaron, solicitando la devolución al salir de su territorio.
El de minimis, en cambio, no está relacionado con compras físicas de viajeros, sino con importaciones de bajo valor que entran a un país por paquetería o mensajería. En Estados Unidos, este umbral estaba fijado en $800 USD y permitía el ingreso sin aranceles de envíos por debajo de ese monto, algo que cambio en agosto de 2025 cuando se suspendió el beneficio para la mayoría de los países, incluido México.
La clave para no confundirse es entender que el Duty Free es un punto de venta, el Tax Free es un proceso de devolución de impuestos y el «de minimis» es una disposición aduanera para mercancías enviadas.

Duty Free en México: marco legal y operación
En México, las tiendas libres de impuestos están reguladas principalmente por la Ley Aduanera, el Reglamento de la Ley Aduanera y las Reglas Generales de Comercio Exterior. Operan bajo el régimen de Depósito Fiscal, que permite almacenar mercancías extranjeras y nacionales en recintos autorizados, sin el pago inmediato de impuestos, mientras estén destinadas a la venta o pasajeros internacionales.
Estos establecimientos solo pueden ubicarse en:
- Aeropuertos internacionales.
- Puertos marítimos de altura.
- Cruces fronterizos autorizados.
El acceso y la compra están restringidos a personas que presenten su pase de abordar o documento migratorio que acredite su salida o llegada internacional.

Además, las mercancías están sujetas a control de inventarios y deben cumplir con las disposiciones que regulan su importación o exportación si salen del régimen de depósito fiscal para ser comercializadas dentro del país.
La franquicia aduanera para pasajeros, que en México es de $500 USD en las temporadas especiales y $300 USD el resto del año por vía terrestre, establece el valor máximo de mercancías que un viajero puede ingresar sin pagar impuestos. Este monto incluye lo que se adquiera en una Duty Free.
Cumplimiento normativo (NOMs) y requisitos internacionales
La exención de impuestos no significa el no de cumplir con las leyes de etiquetado, seguridad o sanidad. Si un producto adquirido en una tienda Duty free en México se destina al consumo o venta dentro del país debe cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) correspondientes.
Por ejemplo:
- Un alimento o bebida no alcohólica preenvasada debe ajustarse a la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que regula el etiquetado y la información sanitaria.
- Una bebida alcohólica debe cumplir con la NOM-142-SSA1/SCFI-2014, que establece especificaciones sanitarias y de información comercial.
- Ropa o textiles deben seguir la NOM-004-SCFI-2006 sobre etiquetado de productos textiles.
En el plano internacional, el producto deberá cumplir con la normativa del país de destino. Así, un perfume comprado en un Duty Free mexicano y llevado a Estados Unidos debe cumplir con la regulación de la FDA y el etiquetado en inglés, mientras que un vino que ingrese a la Unión Europea debe adaptarse a las normas comunitarias de información alimentaria.

Este aspecto es crítico para importadores y empresas que buscan aprovechar estos canales: la falta de cumplimiento puede derivar en retenciones, decomisos y sanciones.
¿El Duty Free realmente es barato?
La percepción de que todo en una Duty Free es más barato es un mito que depende de múltiples factores: tipo de producto, carga impositiva del país de origen, tipo de cambio y políticas comerciales del operador de la tienda.
En general:
- Conviene en productos con alta carga fiscal como licores de alta graduación, tabaco, perfumes y ciertos artículos de lujo.
- No conviene en alimentos, souvenirs o productos que pueden encontrarse a menor precio en comercios locales o en línea.
- La comparación de precios es clave: muchos aeropuertos permiten consultar el catálogo de su Duty Free antes del viaje, lo que ayuda a evaluar si el ahorro es real.
Además, es importante considerar que el ahorro puede evaporarse si el producto excede la franquicia aduanera del país de destino, ya que entonces se deberán pagar impuestos adicionales.
Ventajas y desventajas
Las Duty Free ofrecen una experiencia de compra atractiva para el viajero, pero sus beneficios no son universales. Conocer sus puntos fuertes y limitaciones permite tomar decisiones más inteligentes.
Ventajas del Duty Free
Uno de los atractivos principales es el ahorro potencial en categorías con alta carga impositiva en el comercio minorista tradicional. Perfumes, licores de alta graduación, tabaco y artículos de lujo suelen mostrar precios más competitivos, ya que están libres de IVA y aranceles en el punto de compra.

También ofrecen la posibilidad de acceder a productos exclusivos o ediciones especiales, diseñadas para el canal de viaje (travel retail), que no se encuentran fácilmente en tiendas convencionales. Además, concentran en un solo espacio una variedad internacional que normalmente implicaría recorrer varias tiendas en diferentes países.
Desventajas del Duty Free
El hecho de estar libres de impuestos no garantiza el mejor precio. Factores como el tipo de cambio, el margen del operador y las políticas de precios locales pueden hacer que un artículo sea más caro que en la ciudad. A esto se suman las restricciones de cantidad y valor que impone cada país al ingreso de mercancías, lo que puede obligar a pagar impuestos adicionales si se exceden.
Finalmente, el entorno de compra, con tiempo limitado y estímulos visuales intensos, puede llevar a compras impulsivas que no estaban planificadas y que incluso generen problemas de espacio o sobrepeso en el equipaje.
Consejos rápidos para comprar en Duty Free
Comprar en una tienda libre de impuestos puede ser una buena oportunidad, siempre que se planifique.
Estos son puntos clave que conviene tener en mente antes de abrir la cartera:
- Verifica las reglas del país de destino: Cada país tiene sus propios límites de valor, cantidad y tipo de producto que puedes ingresar sin impuestos. En algunos, el exceso se paga caro.
- Compara precios antes de viajar: Muchas Duty Free publican sus catálogos en línea. Esto permite identificar si realmente existe ahorro frente a otras opciones.
- Considera el peso y volumen: Un buen precio puede salir caro si implica pagar exceso de equipaje. Piensa en tu capacidad real para transportar lo que compras.
- Guarda los recibos: Pueden ser solicitados por aduanas o servir como comprobante en caso de reclamaciones.
- Para líquidos, pide embalaje sellado: Especialmente si tienes conexiones internacionales, ya que algunas reglas de seguridad exigen envases sellados para permitir su transporte en cabina.
En resumen, la clave es informarse y planificar, no dejarse llevar solo por la emoción del momento.
Tendencias: omnicanal y automatización para productos Duty Free
El modelo de Duty Free está evolucionando para adaptarse a las nuevas formas de consumo y a las exigencias de los viajeros que buscan rapidez y conveniencia.
Una de las tendencias más visibles es el modelo omnicanal: la posibilidad de reservar productos en línea antes del viaje y recogerlos en la tienda del aeropuerto. Esto ahorra tiempo y permite garantizar disponibilidad y ofertas previas al embarque.

Otra innovación es la automatización total. Un ejemplo destacado es la tienda Quick N´Easy en el aeropuerto de Bruselas, considera el primer Duty Free totalmente automatizado del mundo. En este formato, el cliente accede escaneando su tarjeta de embarque, selecciona productos que son reconocidos por cámaras y sensores 3D, y paga en terminales sin necesidad de pasar por un cajero humano. Este tipo de solución busca agilizar la experiencia, reducir filas y operar incluso fuera de los horarios de mayor afluencia.
Además, las Duty Free están perfeccionando la experiencia sensorial: iluminación estratégica, distribución de pasillos que obliga a pasar frente a determinados productos y exhibiciones que combinan marketing con diseño. Todo está pensado para maximizar el deseo de compra en un tiempo reducido.
EE. UU. suspende el de minimis para paquetes (no cierra las tiendas Duty Free)
El 30 de julio de 2025, el gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión del tratamiento de minimis para envíos de bajo valor, un beneficio que permitía la entrada de mercancías con valor de hasta $800 USD sin pagar aranceles. Esta decisión, que entró en vigor el 29 de agosto de 2025, no elimina las tiendas Duty Free físicas, pero sí cambia de forma significativa el panorama de las importaciones pequeñas y el comercio electrónico transfronterizo.
La medida responde a razones de seguridad nacional y control aduanero, con un énfasis particular en frenar el tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas, así como prácticas evasivas en envíos pequeños. Las autoridades estadounidenses señalaron que el volumen de paquetes bajo este esquema paso de 134 millones en 2025 a más de 1,360 millones en 2024, lo que representa una carga para la fiscalización y un riesgo para la cadena de suministro.

Para México, el cambio implica envíos comerciales por mensajería o paquetería ya no podrán entrar a Estados Unidos libres de arancel si superan el nuevo umbral; que, en la práctica, será cero para la mayoría de los casos. Solo los envíos por correo postal internacional conservarán temporalmente un tratamiento especial, aunque con tarifas fijas por paquete.
En cuanto a los viajeros, las franquicias aduaneras personales en Estados Unidos no cambian: todavía es posible ingresar compras realizadas en Duty Free dentro de los límites establecidos por ley, siempre que se trasporten como equipaje personal. Sin embargo, la medida envía una señal clara de que el país busca un control más estricto incluso en segmentos de comercio que antes se consideraban de bajo riesgo.
¿Hacia dónde va el Duty Free?
El Duty Free no es simplemente un lugar para «aprovechar ofertas» antes de abordar un vuelo, sino una figura aduanera con reglas claras, control estricto y un papel importante en el comercio internacional y el turismo. Entenderlo a fondo permite que viajeros, empresas y hasta operadores de comercio exterior lo utilicen de forma estratégica, evitando errores que pueden costar tiempo y dinero.
En México, su funcionamiento está anclado en la Ley Aduanera, las Reglas Generales de Comercio Exterior y el régimen de Depósito Fiscal, lo que asegura que, aunque estén libres de impuestos en el punto de venta, las mercancías estén bajo control aduanero hasta su salida efectiva del país. Y, aunque la exención fiscal sea el beneficio más visible, no se debe pasar por alto que estos productos deben cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas (NOMs) o con la normativa del país de destino cuando se comercialicen o consuman allí.

El contexto global, sin embargo, está cambiando. La suspensión del de minimis en Estados Unidos desde agosto de 2025 es una muestra de que las autoridades están cerrando espacios a esquemas que antes eran más flexibles, especialmente cuando perciben riesgos para la seguridad, la salud pública o la recaudación fiscal. Esto no elimina las tiendas Duty Free, pero sí obliga a que empresas y viajeros reconsideren cómo, dónde y para qué realizan sus compras y envíos.
En el futuro, veremos un Duty Free más tecnológico —con automatización, reservas en línea y experiencias más personalizadas— y al mismo tiempo más regulado y vigilado. La clave estará en saber combinar la conveniencia con el cumplimiento normativo, y entender que el verdadero valor de este esquema no está solo en el ahorro, sino en la capacidad de mover mercancías de forma legal, segura y planificada a través de fronteras cada vez más estrictas.


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